El 4 de abril de 2012 un tornado azotó a muchos barrios de la Ciudad de Buenos Aires, los más afectados fueron Liniers, Barracas, Caballito, Flores, Mataderos y Pompeya. Las ráfagas de viento voltearon 1500 árboles y debieron intervenir en 9760 ejemplares, que perdieron buena parte de su follaje con la tormenta. La caída de ramas y troncos afectaron 472 viviendas, cortaron el paso de 710 cuadras y golpearon a 350 vehículos causando en algunos casos, destrucción total,según el conteo del ministerio de Ambiente y Espacio Público. Las cuadrillas del ministerio levantaron 5.500.000 kilos de ramas y troncos en apenas 4 días posteriores al tornado. Al conurbano bonaerense le fue mucho peor, los primeros daños se registraron en la ruta 6, unos 5 kilómetros al sur de la ruta 5 (ex ruta 7), de allí el tornado se desplazó en dirección Este hasta Dock Sud, sobre la costa del Río de la Plata. La franja de daños más severos se extiende a lo largo de 70 kilómetros con un ancho que varía entre 1500y 2000 metros, según determinó el Servicio Meteorológico Nacional. Con ese rango de extensión hubo que lamentar la muerte de 17 personas, la mayoría por aplastamiento y causó severos destrozos en los partidos de General Rodriguez, Moreno, Merlo, Ituzaingó, Morón, Ramos Mejía, La Matanza, Lanus, Avellaneda, Gonnet, Ensenada y Berisso. El dato curioso resultó ser que recién el 13 de abril el Servicio Meteorológico Nacional reconoció que se trató efectivamente de un tornado, con vientos de entre 120 y 250 kilómetros por hora. El fenómeno meteorológico se clasificó como tornado F2 en la escala de Fujita, según el análisis realizado por una comisión especial liderada por María Luisa Altinger, especialista en tornados.
El organismo oficial también confirmó que se registraron dos tornados simultáneos.
Los fuertes vientos provocaron la caída de transformadores y postes que sostienen a las redes de alta, media y baja tensión, por lo que millones de personas se quedaron sin suministro de energía eléctrica y de agua potable. que en algunas partes del territorio bonaerense aún persiste.
El ministro de Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli expresó que " Buenos Aires está en un proceso de tropicalización inexorable y tormentas como ésta, son producto del cambio climático que no es sólo soportar un poco más de calor. Todos debemos hacer caso a rajatabla a las recomendaciones de los alertas",dijo.
Para los porteños fue novedoso, y muchos ancianos testimoniaban que nunca habían visto con sus propios ojos y menos aún vivido, un fenómeno como éste en toda su vida.
Fuente: www.lanacion.com.ar
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