El foco centrado en la necesidad de modificar radicalmente el panorama edilicio se produce por ser éstos actores centrales en el creciente fenómeno del calentamiento global y el efecto invernadero, principales ejes del cambio climático producido por el incremento de emisiones de gases -básicamente, monóxido de carbono- que, de continuar contaminando la atmósfera, ponen en jaque el futuro de la vida en el planeta. Es que los edificios representan en todo el mundo el 33% de las emisiones de CO2 (gas responsable del efecto invernadero), una proporción mayor que la de la industria y el transporte. Además, utilizan el 17% de las "aguas frescas" del planeta, el 40% de la energía y materiales y el 25% de las maderas.
En contraposición, un edificio construido con criterios de sustentabilidad reduce entre un 8 y un 9% sus costos operativos, aumenta un 7,5% el valor de la propiedad, incrementa un 3,5% la ocupación y eleva un 3% la renta por alquiler.
Una construcción sustentable empieza en realidad en la decisión de quien lo imagina y proyecta. "Una de las principales características de la sustentabilidad es reducir el consumo de energía", explica el ingeniero Eduardo Spósito, CEO de Bovis Lend Lease para América latina y uno de los fundadores del Argentina Green Building Council (AGBC), una ONG sin fines de lucro, fundada en 2007 por empresas, expertos e investigadores vinculados con la industria de la construcción. "Hay distintas formas. La primera y más fácil de todas es el diseño sustentable, que puede reducir hasta un 30% su uso. Por ejemplo, si se orienta al Oeste la pared de los ascensores, en lugar de una pared vidriada, habrá menor carga térmica y menor consumo de energía. O si se pone un parasol se impedirá que el sol caiga a pleno sobre el vidrio, y también se consumirá menos energía para refrigerar, al igual que si en lugar de usarse un solo vidrio se ponen dos separados por una cámara de aire en el medio. Todo eso reduce el ingreso de calor."
La sigla de la que todos hablan es LEED. En inglés: "Leadership in Energy and Environmental Design". En español: "Liderazgo en Diseño Energético y Ambiental". Se trata de un sistema de evaluación y certificación creado por el United States Green Building Council (Usgbc), una organización americana sin fines de lucro que desde hace 12 años promueve la construcción de edificios sustentables, desde la idea misma hasta su puesta en marcha y operación. Pensado, diseñado, construido y vivido... en verde.
Según explica el AGBC, la máxima calificación a obtener en LEED es 100 puntos y existen 4 categorías de certificación: Certified (40-49 puntos); Silver (50-59 puntos); Gold (60-79 puntos) y Platinum (80 puntos o más). Los puntos se ganan eligiendo adecuadamente desde el lugar donde se desarrollará la obra (por ejemplo, que esté cerca de sitios cercanos a transportes públicos suma 6 puntos), hasta la utilización de energías renovables (7 puntos), tener vestuarios y lugar de guardado de bicicletas (1 punto) o uso de materiales regionales y reciclables (2 puntos).
Certificar tiene distintos costos operativos que se suman al resto de los insumos. Cuanto más alta es la categoría, mayor será el precio pero los costos de mantenimiento serán menores y la sustentabilidad, mayor.
Por otra parte, las posibilidades que ofrece LEED no se agotan en obras nuevas o en la totalidad de las mismas. Hay 6 categorías: New Construction: obra nueva completa; Major Renovations: renovaciones importantes; Core & Shell: núcleo y envolvente; Commercial Interior: solo un espacio dentro de un edificio, por ejemplo, una oficina o un piso; Existing Buildings-Operation & Maintenance: para edificios existentes que quieren certificar la operación del mismo; Schools: colegios.
En el mundo desarrollado, esta realidad ya es más que tangible. "El fenómeno es una tendencia imparable, más avanzada en Europa que en los Estados Unidos, y que aquí está llegando para no detenerse -explica Alejandro Avila, director general para América latina de US Equities Realty-. Las corporaciones elegirán edificios certificados y los desarrolladores tendrán que tenerlo en cuenta para calificar. Actualmente hay en nuestro país 22 proyectos registrados para certificar."
De la idea al instrumento
Pensar un diseño en forma sustentable no insume costos. Sí, por ejemplo, poner en marcha un sistema para administrar eficazmente el uso de luminarias y calefacción. "¿Para qué quiero luces encendidas en un pasillo o habitación cuando no hay nadie? -se pregunta el ingeniero Spósito-. Con el llamado Building Management System (BMS) es posible regular esas prestaciones con sensores que den luz solo ante una presencia o que envíen la calefacción y la refrigeración apropiadas según la temperatura exterior y la cantidad de personas que hay en una habitación. Hoy existen dispositivos tan sofisticados que en una ciudad como Buenos Aires, donde no hace tanto frío, podría evitarse tener que calefaccionar ambientes, aun en pleno invierno, porque con la cantidad de gente que hay dentro de un edificio es suficiente para conservar una temperatura agradable: los cuerpos emiten calor. Como no se dispone de un sistema de este tipo, se enciende la calefacción y hace más calor del que debería."También existen alternativas para ahorrar agua. Por ejemplo, inodoros que permiten una descarga corta o larga según el uso que se le dé y que además pueden enviar el agua utilizada a un sistema de cañerías donde se la filtra y vuelve a utilizar, por ejemplo, para riego. Algo similar ocurre con las "aguas grises", de los lavatorios, que pueden ser filtradas y enviadas a la descarga de inodoros. Las canillas con el sistema press matic -que ofrece una cantidad de agua determinada- también evitan el derroche.
Recursos como la luz eléctrica o el gas, en nuestro país no tienen el precio que sí han alcanzado en otros mercados. Y no hace falta irse demasiado lejos. "En Chile, calefaccionar o iluminar una casa de 200 metros cuadrados cuesta 1000 dólares mensuales -agrega el ingeniero-. Por eso es que hay cada vez un mayor y más eficiente desarrollo de los paneles solares, tanto para calefaccionar como para dar agua caliente y electricidad. En la Anatolia turca, por ejemplo, uno va por la ruta y ve los barrios de construcción similar a la de los monoblocks de aquí, pero todos con su pequeño panel solar... Es perfectamente viable."
UN EDIFICIO SUSTENTABLE
- Reduce entre 8 y 9 % sus costos operativos
- Aumenta 7,5 % el valor de la propiedad
- Incrementa 3,5% la ocupación
- Eleva 3% la renta por alquiler
EXPERIENCIAS ARGENTINAS
La futura obra del nuevo edificio del Banco Ciudad, en Parque Patricios, diseñada por el inglés Norman Foster junto con el estudio local Berdichevsky-Cherny, será un ejemplo de sustentabilidad. "Es un proyecto LEED nivel Silver -explica el arquitecto Rubén Cherny-, que da respuesta a criterios ineludibles en la arquitectura de hoy. Se trata de un edificio institucional en el que trabajarán unas dos mil personas. Se tendrán especialmente en cuenta la luz y la ventilación naturales, los materiales no contaminantes, el ahorro de agua potable y de energía, la fluidez del espacio interior, las vistas, los espacios de break y relax, la visibilidad y transparencia, y la calidad del aire interior."En Buenos Aires, el primer edificio con sello verde es el Madero Office, certificado según las normas LEED en la categoría Core & Shell, nivel Plata (Core & Shell porque involucra el núcleo y la envolvente; nivel Plata porque es el segundo nivel, entre 50 y 59 puntos de un máximo de 100). El edificio, en el Dique IV de Puerto Madero, fue desarrollado por Raghsa y tiene una serie de parámetros que explican su condición de sustentable.
El ingeniero Eduardo Spósito, del AGBC, explica que "un edificio como el Madero Office ahorra un 14% de energía comparado con un edificio de similares características en EE.UU.; en su construcción se utilizó un 10% de materiales regionales, para favorecer la economía de la región y disminuir las emisiones de dióxido de carbono en el transporte; se redujo también un 20% de uso de agua potable para inodoros y mingitorios; se utilizaron refrigerantes que minimizan o eliminan la afectación de la capa de ozono y colectores térmicos solares para generación de agua caliente, además de pinturas y adhesivos de bajo nivel de emisiones y alfombras con certificado ambiental, reciclables y sin pegamento -enumera-. Además, cuenta con estrategias de medición de consumos para áreas comunes e inquilinos, quienes disponen de vista al exterior para favorecer la calidad de los ambientes de trabajo."
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1303757-el-futuro-es-verde
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